cómo ser una chica · tercera carta
una tránsfoba no puede ser una mujer, y la transfobia es violencia de género.
compondré mi carta de amor, la más pura, libre, respetuosa que me sea dada. todo juego de cartas adolece de suertes azarosas que desdibujan y suspenden la justicia general para someterse a unas reglas internas: mi aspiración es que nuestra baraja haga coincidir, como un éxtasis, lo interno al juego y lo general.
¿he querido a una persona o a una chica? ¿he querido a una chica o ser chica? pues un poco todo a la vez. de Laura C. aprendí a apuntarse los deberes no en el día de vencimiento del entregable sino en el día en el que se emite la orden. con Loga, antes de ser cooptada y proyectar las apneas caprichosas de tristes relaciones, aprendí todo: la ligereza y la locura, la escucha, la iniciativa, la paz. Granada en 2020. busco nuevo prólogo primaveral que sane nuestros legados.
el primer día que desayunamos juntas me quedé con Sandra, que me imponía; hablamos de mear sentadas, y de que yo siempre pensé que lo ἕτερος era cosa buena independientemente del género de las participantes: querer diferencia, en su justo punto, entre la amante y la amada, y ejercer ambas ambos papeles.
no idealizar a las chicas contiene una subcarpeta que es no idealizar ser chica. hoy no hablaré de la pick me girl ―porque la tengo tan superada que ya ni me viene a los dedos el cuerpo argumentativo, ¡que si no lo soltaría!―. ¿cómo ser una chica? lo primero es saber preguntar y recibir clases magistrales sin cesar.
¿cómo se miran las chicas entre ellas, más allá de los tópicos de la sororidad o de la cizaña? pienso en llevar cuidado con todo reduccionismo que categorice lo que estaría mejor siendo un accidente: el primer plano de la main character conlleva peligros, claro, así como soluciones quizá alguna vez legítimas. hablo con mi tutora y decimos dos cosas que son muy de chica: despellejarte cuando haces autocrítica sin que nada resbale, y fingir máxima alegría cuando no hay. cuento la convicción de haber hecho más autocrítica que unas cuantas chicas de mi biografía: no acepto lecciones que no sean congruentes y bien políticas.
¿la incomunicación oxigena ―nature is healing― o ahoga a quien no dispone de respuesta propia? el tiempo de formar tu posición no puede ser tiempo de comunicar-vivir tu posición y debe morir de inanición la “meritocracia” de las respuestas vitales fast food de esa policía de la claridad que vulnera constante las buenas posibilidades de las personas. ¿y por qué hay quien no soporta que alguien aprenda? me refiero al aprendizaje puro, no pisando, y no contra otra.
por último, pienso en cómo hacemos lo que haga falta para mantener control sobre nuestro cuerpo. aprecio el aprecio ¿femenino? por la propia carnalidad: consciente de mi cuerpo, celosa de mi intimidad me localizo en sus dintornos. un cuerpo, al principio, no tiene nada de sensual: el cuerpo pornográfico debe no deformar obsesivamente ―sucede y tiene consecuencias― la imagen más natural y “aseada”, ¡ligada a la fisiología médica más que al imaginario erótico! una imagen móvil que fundamente nuestras convivencias e interacción diaria.
para la desembocadura del domingo, lancé una peseta al aire y decidí volver a Juno (Jason Reitman, 2007), vista en tiempos del instituto. «todo comenzó con un sillón» y Elliot Page bebiendo a morro Sunny Delight y usando un teléfono-hamburguesa. ¿de quién fue la idea? modelar una muñeca para explicar gustos. there’s nothing like experimenting! la exquisitísima Amanda: «¡llámame cuando aprendas a amar!» e ingenios varios de sonrisa. estar bien quizá es pretty solid! en Women Now, las amigas son leales. pienso en mi compañera Carla, con dos bebés de siete meses teniendo 23 años/siendo la mejor persona que conozco, y en que la natalidad cae ante todo cuando una población no puede pagársela, si es que la quiere. pienso en mi madre, y en la inmensidad inasible de nuestra relación, como con mis abuelas: tengo tres madres. «realmente no sé qué tipo de chica soy». oposición al gender reveal, con Leah advirtiendo de los peligros de que quienes adoptan sean stage parents. nunca olvidaré a Karen Carpenter. tengo historias hermosas de lo que hizo mi abuelo cuando nací. ¿la madrastra puede ser más subnormal? Bleeker y su caja de Tic Tac de naranja que se abre a golpe de capirotazo. ¿fuimos novias? Vanessa vino al centro comercial como de compras o shopping con sus amigas y apostilla Leah «are you gay?»… y Juno siendo una cautionary whale. «aún poseo tu virginidad» y pensar a los 16 años «¡no soy tan joven!» porque quieres ser tratada como adulta al menos a veces. i just wonder if like two people can ever stay together for good… necesito saber que es posible. encuentra a quien te quiere por exactamente aquello que eres. y el corazón me late con fuerza cuando te veo. luego se me hizo tarde: me dormí.
lo que está en disputa es la imaginación integral, las potencias instintivas para autotraducirte, orientarte, entender lo que (te) hacen, ubicarte y ser partícipe. siendo así, mi prioridad es desactivar privilegios, democratizar herramientas: jugar sin ventajismos impropios es crucial para impedir descartes arbitrarios.
como dijo Janis: i will not act all innocent… i’d rather be me than be with you.
ps: descanse en paz, Maggie Smith. gracias, Minerva McGonagall, profesora.
toda transfobia me inquieta, pero más la implícita que la explícita, porque está menos detectada y es más impune: se ignora, se está menos educada. es el anverso del machismo: negar la universalidad femenina, construir un adversario dialéctico ―la categoría de “los hombres”― para buscar brillar contra, imponer tus lecturas de personas sin escuchar, sin invitarlas a ser. una reafirmación aristocrática de la girlhood conlleva violencias genuinas. no es que yo no sea el hombre que te imaginas: es que no soy un hombre. debe considerarse esta posibilidad ¡con todas y cada una de las personas! nadie es “hijo sano” del patriarcado: asociar salud-machismo es perverso.
artículo 46 de la Ley 4/2023: previene contra cambios registrales hechos para eludir la acción de la Justicia en materia de violencia de género. pero convendría pensar en cómo enjuiciar, socialmente al menos, las violencias machistas ejercidas por mujeres™ de pura raza, para esquivar un sexismo que sabemos que violenta. claro que la violencia tiene género, pero eso no da derecho a la comunidad a clasificar a las personas o repartir las cartas.
Clara Serra: ¿post-feminismo o misoginia? creo que no obra con buena fe, pero me digno a prestar escucha a su diálogo con mi amiga Berta. afirmo: ese deseo no tiene nada que ver con consentimientos. enturbiar el debate comunitario así, cobrando por oponerse al sí es sí, no es inteligente, no es más lúcido, ¡no es sereno! sí es arribismo, sí es cultura de la violación. una defensa cerrada de la mejor legislación reciente es una prueba del algodón para mí del compromiso de quien sea con las experiencias reales de todas las víctimas habidas o por haber. ¡fabricamos el consentimiento porque lo que ¿tiene sentido? no es consentir ―que no es un Checkpoint Charlie―, sino violar! el consentimiento afirmativo lo niega, sin condición temporal; el consentimiento negativo lo reafirma-necesita para ser. a partir de aquí: ¿hay algún matiz valioso detrás de tanta inquina y ofuscación? ¡poca cosa! hasta un reloj averiado da bien la hora dos veces al día, pero eso no valida su estrategia de desplazamiento del discurso, que niega la violencia seria. mucha cosa bien ―toda siempre auctoritas sin pedestal― de García Faet, quien sí me parece honesta. ¿para llegar a lo de la brecha orgásmica había que irresponsabilizarse en la disputa por lo judicial? habla de las fantasías de ser irresistible, excitarte excitar, de fundir placeres, del interés genuino, ¡de hacerse la remolona! la educación sexoafectiva libra del no de defensa: para que haya libertad, ¡debemos ser responsables no durante, sino antes! ¡la incertidumbre no es coartada para la satisfacción individualista de una! quiebra consentimientos quien no teje, sino desteje, una red de seguridad. cuando accedemos sin ganas sí recorremos la delgada línea de la agresión. la desigualdad de poder ejercido entre partes sí puede invalidar un pacto. malentendidos y violencia de género sociopática son dos planos distintos. ser traumatizada no puede ser elemento esencial del derecho a aprender, porque así necesitas ejércitos de traumatizadores para aprender a hostias. la conversación sobre el deseo debe no secuestrar tantas cosas relevantes. desconfío de quien, para discrepar, arma alianzas egocéntricas con males, y de quienes, como Alba Rico, se toman a la ligera la condición de víctima. El sentido de consentir y artículos adicionales son un monólogo tramposo; contra su auténtica falta de rigor jurídico, ver la realidad de los tribunales. el derecho de las chicas al sexo y la exploración puede ser no a toda costa. no es que estemos en desventaja; es la existencia del virus de la violación la que te exige sostener colectivamente cajas de herramientas que eduquen, mediante la memoria aguda como prevención, forzando al “chico” a saber, impidiendo la negligencia. sabemos que el sexo es mucho más que el coito. la idea de querer arriesgarse no puede supeditarse a crear riesgos que nos mantengan en bucles de agresiones, indeseadas por víctimas/victimarios; recuerda a la textura de la ludopatía, la euforia de unas apuestas trucadas. la ficción de la falta de consentimiento no es una falta de consentimiento. acceder ≠ consentir: una violación puede darse al margen de lo que hagas. no somos libres cuando nos rebelamos sino cuando no hemos de hacerlo. vindico la inocencia que ampara el sí, contra esa aspereza artificial del no. [¡cuestión final! si estamos dinamitando lo nocivo, ¿cómo ligar de nuevo?].
no sé de dónde sale el dinero de Radio Primavera Sound, and at this point i’m too afraid to ask y toda precaución con el capitalismo cultural es poca; deseo que nadie precocine-envase lo cultural con rentas del trabajo ajeno, porque repercute: exclusiviza la creación, tiende a nuevos extractivismos. ¡pero aquí no hay determinismo que anule! soy una enjoyer más del ruedo, una aprendiz de primera fila ―más de una vez―, y mi reconocimiento no hace sino sumarse a su positiva hegemonía: un Ciberlocutorio con clarlwt, un Tardeo ―de sus #614― con Janira Planes, un Amiga Date Cuenta junto al ↓ ensayo que leí ↓ o, más allá, un (De eso no se habla). en las redes Nerea Pérez de las Heras, Laura Terciado, Noemí López Trujillo, Elena Bueriberi. también la internet princess, Rayne Fisher-Quann, importante, insightful. Billie Eilish, Adrianne Lenker, Mitski, Clairo, Lorde, Amaia, Soleá Morente. un fondo de armarios: Ghost World, Crepúsculo, The L Word, The Half of It. CIERVA IMPERIO PERREO de raxet1 + Eddi Circa. ¡diez años de Gone Girl! Alana Haim en Licorice Pizza y Fiona Apple… y Emma Watson siendo Sam. la introducción a Rachel Berry. Amparo Baró y Neus Sanz en mi Antena 3. tengo unas cuantas rom-com en cartera pero las dejaré para otros meses. ¡todavía! no he visto Las chicas Gilmore, Sexo en Nueva York o Gossip Girl, así como Cleopatra o la última Mujercitas o A Woman Under the Influence. bien El agua (Elena López, 2022), debiendo Creatura (Elena Martín, 2023); Ayme, Céline Sciamma y siempre No estás sola: la lucha contra la Manada.
hojeo Traumacore. Crónicas de una disociación feminista de Núria Gómez Gabriel ―quiero decir: paso sus hojas una a una, leyéndolas con cariño―. ¿es una alquimia del duelo y la hostilidad, o quiere sortearlo y lo trivializa? la cultura del cringe vs. gente viviendo su vida, cyberspace ante meatspace; interesante desafío contracringe para que la carne y lo intrusivo revelen la luz de gas subyacente a toda violencia primaria que no sabe re-conocerse. inicia un recorrido ilustradísimo; lo cuento cuando acabe: to be continued. gracias a mis amigas-libreras de confianza, Claudia y Raquel, o espai crisi. el principio de El bello verano y lo de Juana Dolores contra Ana Iris Simón. mi moderna de Barcelona de referencia me enlaza: Rural Isolation Shortie. post-it: Audre Lorde, Clarice Lispector, Ursula K. Le Guin, Elena Ferrante, Anne Boyer, Amélie Nothomb, Renee Gladman, Jenny Offill, Carmen Maria Machado, Agustina Espansandín, Mónica Ojeda, Inger Christensen, Emilia Pardo Bazán, Annie Ernaux, Jane Austen, Salomé Esper, Constance Debré, Claire-Louis Bennett, Cookie Mueller, Julia Kristeva y Leonora Carrington. Sara Gallardo, Gabriela Cabezón, Sara Torres, Tess Gunty, Remedios Varo, Marta Sanz, Bibiana Collado, Luisa Carnés, Natalia G. Freire, Rachel Yoder, Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik, Ottessa Moshfegh, Gloria Fuertes, Miriam Toews, Clyo Mendoza, Giulia Caminito, Natasha Brown, Jane Smiley, Tove Ditlevsen, Lisa Taddeo, Djuna Barnes, Joanna Russ, Fernanda Trías, Rachel Cusk, Caroline Lamarche, María Fernanda Ampuero, Camila Sosa, Virginia Woolf, Deborah Levy, Claire Legendre, Toni Morrison, Angela Davis, Raven Leilani, Joan Didion, Susan Sontag, Tessa McWatt, Belén Gopegui, Daphné B., Catherine Lacey, María Paz Guerrero, Deborah Eisenberg y Ruth Llana. Elaine Vilar Madruga, Lorrie Moore, Alba G. Mora, Dorothea Lasky, Caitlín R. Kiernan, Tillie Olsen, Maricela Guerrero, Kate Zambreno, María Gainza, Margaret Atwood, Heather Christle, Margo Glantz, Ágota Kristóf, Johanna Hedva, Mara Larrosa, Keiler Roberts, María de Zayas y Christine de Pizan. Jane Bowles, Fernanda G. Lao, Joy Williams, Natalie Díaz, Luz Pichel, Nella Larsen, Mary Ruefle, Melissa Febos, Yolanda Segura, Laia Argüelles, María Luisa Puga, Joyce Carol Oates, Mercè Rodoreda, Carmen M. Gaite, Claudia Salazar, Valeria Luiselli, Aurora Venturini, Laura Fernández y Leila Slimani. Concha Alós, María García Díaz, Alice Hattrick, Tamara Kamenszain, Paula Bonet, Julia Gfrörer, Carilda Oliver, Montserrat Roig, Elsa Dorlin, [futuras],
Virginie Despentes, Brigitte Vasallo, Leila Guerriero, Belén L. Peiró, Robin Myers, Idea Vilariño, Emily Dickinson, Donna Haraway,… ¡Agatha Christie! Maggie O’Farrell, Camila Fabbri, Anne Dufourmantelle, Lydia Davis, Dahlia de la Cerda, Liv Strömquist, Agustina Bazterrica, Layla Martínez, Jennette McCurdy, Rebecca Makkai, María Huertas Z., Vivian Gornick, Kate Millett, María Granata, Jenny Hval, Brenda Navarro, Natalia Ginzburg, Marguerite Duras, Cristina Rivera Garza, Fernanda Melchor, Adrienne Rich, Alfonsina Storni, Andrea Abreu, Nnedi Okorafor, Lidia Yuknavitch, Tatiana Țîbuleac, Anne Carson, Emma Cline, Samanta Schweblin, Ingrid Rojas, Olivia Laing, Octavia E. Butler, Maggie Nelson, Simone Weil, Kathy Acker, Erika Bornay, Selva Almada, Cristina Morales, Bárbara Mingo, Magalí Etchebarne, Arelis Uribe, Marina Closs, Emily Sundberg y Quítame la culpa de Cris Lizarraga, Monique Wittig y Nuria Labari, Mujer al borde del tiempo de Marge Piercy, La invención de las mujeres de Oyèrónkẹ Oyěwùmí. y cuantas no conozca. Sally Rooney, después de Normal People y Dónde estás, mundo bello, vende Intermezzo: «adiós, literatura de chicas tristes: [la autora] abraza al incel», en la estela de La mecánica de los fluidos (Gala Hernández, 2022), que veo, aunque de veras nunca creí interesantes movimientos ¿comprensivos? así. más valdría hacerlo bien en origen en lugar de descender a salvar a nadie.